A veces ofrecemos surebets o apuestas seguras que tienen la característica de asegurarnos un beneficio por el mero hecho de las diferencias en los criterios de asignación de cuotas entre diferentes casas de apuestas. Frente a la seguridad del resultado contamos con el hándicap, sin embargo, de que deberíamos tener abiertas cuentas en todos los bookies para poder hacer efectivas las apuestas.
Como cada entidad cobra una comisión por sus servicios, por lo general es razonable limitar el número de cuentas a las casas que nos inspiran más confianza. Quizá pudiera salvarse esta dificultad a través de un intermediario que pusiera por nuestra cuenta los fondos con el objetivo de aprovechar esas jugosas surebets. Claro que para que esta labor fuese atractiva para los apostadores, el margen de operatividad de este «intermediario» debería ser bajo aunque seguro por su parte.
Otra alternativa es el compromiso entre apostadores con cuentas en las diferentes casas que actuaran de buena fe entre ellos y quizá a coste cero para todas las partes implicadas. La cuestión está en sacarle el máximo partido a la apuesta.
