El deporte femenino alcanza a menudo altas cotas de espectáculo y competitividad, los entrenadores saben que las chicas juegan con igual o mayor agresividad que los hombres. Y que tienen una mayor dosis de plasticidad, llámese belleza si se quiere.
Ya hace años además que las mujeres «tomaron» el fútbol, incluida la modalidad en sala, jugando a alto nivel. Sin embargo, ni despegan en cuanto a espectación de público ni, consecuentemente se podría decir, cuentan para las apuestas.
Creo que esta situación evolucionará y que también tendrán su foco particular en todos los sentidos. Falta, no obstante y en cuanto al fútbol español femenino se refiere, que se extienda aún más y que sea más equilibrado para lograrlo. Pero se conseguirá y con ello se abrirá un nuevo mercado en el que encontrar buenas oportunidades. Tiempo al tiempo.
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