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El premio condiciona las apuestas

La proliferación de las apuestas online, entre otras, a propiciado un cambio en las tendencias y conductas de los jugadores. Se demuestra pues, que existe un modus operandi relacionado con la cuantía a reembolsar según la apuesta. Además, se busca poder ganar mucho dinero, por muy poca inversión, por eso se busca apostar en las ocasiones puntuales donde el premio asciende a cuotas no obtenidas de forma cotidiana. Por otro lado, nuestro premio, está vinculado a la cantidad de personas que acierten el número, cosa que en las apuestas online, tanto deportivas o no, sabemos de antemano que si apostamos 1 nos devuelven 2 y jugamos pues con la astucia y la suerte a la hora de apostar.

La clásica Quiniela, reina en otros momentos, se convierte ahora en la “hermana pobre” de los juegos de azar que integran la cartera de la Organización Nacional de Loterías y Apuestas del Estado. Salvo que quede un bote de la semana anterior, el jugador de la Quiniela no conoce lo que cobrará por un pleno al quince hasta que no se hace el escrutinio. En el año 2010, el premio más alto que se entregó fue en la cuarta jornada y ascendió a 2.911.872,93 euros. Solo en cinco ocasiones en toda la temporada la recompensa para el acertante fue superior a los dos millones de euros, y en otras diez pasó del millón.

Según los datos de la Asociación Nacional de Profesionales de las Apuestas Deportivas (Anpad) , durante los últimos doce meses volvió a descender el ingreso en este juego y la recaudación de la temporada fue un 21% menos que en 2010. Con ello se suman tres años de caída, desde 2008, y unos 175 millones que han dejado de ingresar en las arcas.

Quizá pues, la tendencia nos dice que hemos dejado de apostar de forma sistemática, para condensarlo solo en momentos puntuales de grandes cuantías y que solo apostamos de forma habitual si conocemos de ante mano el premio que vamos a obtener.

 

 

 

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