Blackjack, estrategia con «cartas duras».

Se llama jugar con «cartas duras» cuando en nuestra mano no ha caído un As que, dada su ambivalencia, es la carta más valiosa. Tenemos, por tanto, una desventaja importante que se compensa con que las opciones por nuestra parte están prácticamente tasadas o fijadas adoptando las estrategias adecuadas en función de la suma de las cartas.

Entrando en el asunto, si nuestros naipes suman de 4 a 8 pediremos contra cualquier carta descubierta. Si nuestra mano totaliza, en cambio, 9 podemos pedir desde el 7 hasta el As del repartidor y, como estrategia, podemos doblar desde el 2 hasta el 6 en la mano del repartidor.

Cuando las cartas totalizan 10 o bien 11. Doblamos la apuesta contra el 2 hasta el 9 del repartidor. Y, a su vez, con 10 nuestro pediremos carta contra el 10 o el As contrario. Mientras que con 11, doblaremos la apuesta contra el 10 del repartidor y solicitaremos carta o doblaremos la apuesta contra el As del repartidor.

Otro de los «tramos» a considerar es el que va desde el 12 hasta el 16. En esta ocasión es mejor mantener la posición contra el 2 hasta el 6 del repartidor, y pedir carta contra el 7 hasta el As del repartidor. Sí que cabe una excepción y es que con 12 podemos pedir carta contra un 2 ó un 3 descubierto del que reparte.

En cuanto a la posibilidad de que los naipes sumen de 17 hasta 20, lo mejor es mantenernos contra cualquier carta descubierta. Hay, no obstante, una regla bastante extendida que reza que hay que pedir siempre carta con un 17 «blando». Visto lo visto y la falta de cosas seguras de nuestro lado es una norma a tener muy en cuenta.

Por último veremos qué hacer cuando totalizamos 21. Y es bien sencillo, ganamos y por lo general la apuesta se pagará 3/2. Ahora bien, si el que reparte tiene un As podemos optar por la opción de pago 1/1.

En todo caso y si también hay «blackjack«, habrá empate.

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