«Piensan que un golpe de suerte les va a solucionar la vida, pero yo no he visto a nadie que le ocurra. Si un jugador tiene un golpe de suerte, volverá a jugar, porque entonces dirá que está en racha».
«Vivimos unos tiempos en los que hay un continuo bombardeo a probar suerte a través de SMS o de juegos que prometen mil euros mensuales o el valor de la hipoteca».
Además de la adicción a las tragaperras y bingos, han iniciado programas de rehabilitación jugadores dependientes en loterías.
El presidente de Amalajer recordó que «uno de los primeros síntomas por los que la familia detecta el problema es porque se dan cuenta de que mienten continuamente».