Que la quiniela empieza a perder recaudación (un 2,7% el ejercicio pasado) es algo que se confirma más allá de las intuiciones y que, ante esta situación, puede haber movimientos también es de esperar. Y pueden ser en un doble sentido: potenciar al boleto y perseguir a los competidores si éstos actúan en la semi-clandestinidad. El pastel quinielístico es muy poderoso como para dejarlo de lado.
Por eso no deben extrañar que el Secretario de Estado de Hacienda se posicione a favor de acotar las apuestas por internet, verdadero competidor a corto y no olvidemos que también a largo plazo. Me recuerda un poquito a esa lucha contra la piratería que no consigue buenos resultados porque no aborda los problemas desde la raíz, está abocada al fracaso. Regular lo existente sería mejor y más práctico pero mientras tanto que nadie se extrañe si recibe una comunicación de Hacienda diciéndole que ha ganado un dinero que debe declarar. Y mientras se paguen impuestos la administración se calma.
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