Inglaterra-España: amistoso y poco más

Estoy convencido de que en el partido de mañana, y que se disputará en Manchester, ganará el equipo inglés pero tampoco es que a largo plazo importe mucho que los de Luis Aragonés saquen algo positivo del «Teatro de los Sueños«. Tampoco soy de los que achacan al técnico más culpas de las que tiene, que son bastantes por qué negarlo.

Llevo tiempo asumiendo que, salvo milagro de enormes proporciones, la selección española está a la altura de otros combinados nacionales, léase Bélgica, Austria o Irlanda. Es decir, hay tradición y enorme afición, incluso buenas generaciones de jugadores, pero que no tiene el carácter necesario. Y esta cualidad no se consigue negociando contratos de estrella sino siéndolo, trabajando desde pequeño con pasión, como los argentinos o brasileños, cuando no con profesionalidad, como ingleses o alemanes.

Y si además, el entrenador elegido no es el adecuado entonces el desastre deviene en catástrofe. Luis Aragonés ha desperdiciado el capital mediático con el que llegó porque está superado por los acontecimientos y por los tiempos. Es listo, de ahí que todavía se deje llamar «sabio» cuando sabe que no lo es y me atrevería a decir que nunca lo fue, pero su cénit lo obtuvo en el Atlético de Madrid hace demasiado tiempo usando una fórmula caducada.

Cuando en este país contemplemos las cosas con frialdad y sin forofismo, pensando en construir desde cero y no en el aire, quizá empiecen a cambiar las bases y las espectativas. Y también la prensa se lo pensaría dos veces antes de azuzar las pasiones para luego, consumado el fracaso, agrandar los efectos como vulgares amarillistas.

Apostemos por Inglaterra aunque sólo sea porque el fútbol está del lado de quien lo respeta de verdad.

Enlaces: As;Marca.

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