El juego se ha convertido en un campo que cada año mueve cientos de millones cada año. El año pasado, la cifra llegó hasta los 700 millones de euros, lo que supone un 26% más que el ejercicio anterior. También aumentó el número de jugadores activos un 5.2%, hasta alcanzar casi el millón y medio de personas. Unas cifras en las que la popularización de las apuestas y el azar online, así como su regulación han tenido mucho que ver.
Solo el juego online (únicamente el que se lleva a cabo en la red) mueve ya más 200 millones de euros anuales y, en solo seis años, ha experimentado un crecimiento que ronda el 380%. Y las casas de apuestas y salones de juegos no han dejado de proliferar. El sector, por otra parte, genera alrededor de 81.000 puestos de trabajo directos. Pero también indirectos (sobre los 160.00) en hostelería, turismo y servicios en general.
La inversión en marketing
Dicho lo cual, la inversión en publicidad y marketing de estas empresas también se ha incrementado. Solo el año pasado, este gasto superó los 300 millones de euros, principalmente en acciones de afiliados, patrocinio, promociones y publicidad. Esta primera consiste en una asociación. Los operadores se asocian con una red de afiliación -que funciona con criterios SEO y que incluso crean comunidades para favorecer la interacción entre jugadores- con el objetivo de captar clientes, fidelizar y darse a conocer.
En cualquier caso, hay que diferenciar entre las técnicas que utilizan los casinos, casas de apuestas físicas y los que operan online. Estos primeros, además de en captación de nuevos clientes, se centran en la retención de los existentes -para evitar, por ejemplo, que migren al casino online-.
Los bonus sin depósito son una táctica recurrente de captación. Es decir, que el jugador puede probar varios juegos sin necesidad de apostar su propio dinero. Y, si le gusta, decidir si quiere seguir adelante. Además esto resulta muy útil para los primerizos, que se introducen en este mundillo sin riesgo.
Los torneos online también se encuentran a la orden del día, una táctica más indicada para los profesionales y aficionados que lleven más tiempo jugando. Y tanto para captación como para retención encontramos las promociones. Por ejemplo, devolverle al jugador parte del dinero, darle puntos de fidelidad, permitirle jugar más barato, darle “tiros gratis”, bonus recargables, etcétera. No faltan tampoco las campañas de email marketing, a través de las redes sociales, aplicaciones de mensajería instantánea, etcétera.
Juegos preferidos y jugador tipo
Es decir, el negocio ha sabido adaptarse y aprovechar las necesidades tecnológicas del momento. Cada vez es más fácil acceder a través de apps y webs pensadas para utilizar desde el smartphone; y mayor la variedad de juegos. No obstante, a la cabeza del ranking de modalidades favoritas se sitúan las apuestas, seguidas del bingo, el casino, los concursos y el póquer.
Pero, ¿quiénes son los que más juegan? Según los datos que maneja Acierto.com, el perfil de jugador tipo es el de un hombre entre los 26 y los 35 años de ingresos medios. Más concretamente 8 de cada 10 jugadores son varones. Las mujeres invierten la mitad que ellos. En cualquier caso, aquí cabe comentar que este jugador tipo es cada vez más joven -se introduce más pronto- y que la mayoría de aficionados no alcanzan los 50 años.
Un juego regulado y seguro
Respecto a la regulación de la que hablábamos al principio, tuvo lugar en el 2011, con la Ley 13/2011 del 27 de mayo, que fijó un contexto regulatorio que permitió un crecimiento de la actividad consensuado dentro de nuestro territorio, así como el nacimiento de la Dirección General de Ordenación del Juego -que depende del Ministerio de Hacienda-.
En definitiva una manera de acabar con actividades ilegales y fraudes pues, a partir de entonces, todo aquel que quiera dedicarse al juego debe solicitar una licencia que le habilita para hacerlo hasta 10 años -prorrogables otra década más- y, por supuesto, debe pagar impuestos. Además, en 2014 se modificó la ley para incluir juegos de casino en Internet como la ruleta, el Bingo y el Blackjack.
Por otra parte, el casino deberá contar con un seguro de Responsabilidad Civil que se haga cargo de cualquier perjuicio que pueda causar a un tercero. Si se trata de un casino online, no estaría de más contratar un seguro contra hackers o ciberseguro, pues son muchas las pérdidas a las que se exponen en estos casos. Este tipo de delitos se han incrementado más de un 60% durante el último año, sobre todo aquellos que tienen que ver con la filtración de datos y con las PYMES. Los delitos dirigidos a estas últimas han crecido hasta un 130% en el periodo referido.
Estas pólizas suelen incluir coberturas por ciberataques pero también por robo y pérdida de archivos, incumplimiento de la LOPD, filtraciones de datos, y similares. Otras coberturas habituales -aunque depende de la entidad- son la de pérdida de beneficios, gastos de defensa por multas, asistencia informática y acceso a un equipo de gestión de crisis.